lunes, 5 de marzo de 2012

Dos muy malos sueños.



El primero.



La música de la fiesta está a todo lo que da mientras Rodrigo (mi amigo) y yo platicamos, nos besamos, fumamos y bailamos cañón. Él tiene 23 años y yo acabo de cumplir 18.Como a la una de la mañana siento que las cubas se me subieron y voy al baño. Rodrigo me sigue, entra detrás de mí y cierra la puerta, no digo nada. No protesto mientras él me besa.

Recargada sobre la pared siento que su mano me desabrocha el pantalón. A pesar de la jarra que traigo me asusto porque nunca antes he tenido relaciones sexuales. Al mismo tiempo, una serie de pensamientos pasa por mi mente: “si ya lo dejaste entrar aquí como le vas a decir que no. Ahora, ¿qué vas a hacer? No vas a perder tu virginidad en un baño. Estas hasta atrás.”

En eso, Rodrigo me jala fuerte para acostarme sobre el piso. Siento el peso de su cuerpo encima de mí. Yo lucho, forcejeo, quiero gritar y salirme de ese lugar. Él me lo impide, usa toda su fuerza hasta que, al fin, puedo sacar una pierna y logro empujarlo y salir corriendo…



El segundo.



Después de alguna fiesta. ¡Chin! ¿Cómo les voy a de ir  a mis papás? ¡Me van a matar! ¡Soy una imbécil! Y Mario, ¿qué me va a decir? Yo siempre pensé: “A mí no me pasa.” Se nos fue, carajo. Yo creo que el condón se rompió. ¡Tanto que critique a Betty cuando me dijo que se embarazo por una sola vez que lo hizo! Y le dije: “¡No inventes!, ¿Cómo crees? “Pues ahí va la idiota y me embarazo. ¿Qué voy a hacer? ¡No he terminado la universidad! Yo quería terminar mi carrera (Economía), irme de maestría  algún lado. ¿Y ahora? ¿Qué tal si a Mario le vale madres?

Cuando hablé con Mario se sacó de onda durísimo, se puso todo nervioso, no quería que lo tuviera, me preguntó cómo lo íbamos  a mantener, en dónde viviríamos, dijo que solo teníamos 18 años.

Cuando le di la noticia a mi mamá se quedó helada, no dijo nada y se soltó a llorar. A mi papa le tengo pavor, así que preferí escribirle una carta. No querían que la tuviera, así que discutí con ellos decidí tenerla. Les ha costado mucho trabajo aceptar todo esto. También me corrieron de la escuela; sentí horrible y tuve que terminar la universidad pero a distancia. Estoy contenta por la decisión que tome, aunque he perdido muchas cosas: ya no tengo tiempo para estar con mis amigos ni puedo salir  a los antros los fines de semana. 


Vivo con mis papás, Mario viene  a ver a la niña y aunque es cariñoso, se aburre y se pone triste. Para mi es difícil porque tengo que sacar a la niña adelante y a él…

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